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Editorial N° 360

Queridos miembros de la AMIL, queridos lectores:


Acaban de concluir las celebraciones del aniversario de la primera aparición, el 11 de febrero de 1858, y me gustaría compartir con ustedes la alegría que hemos sentido por la gran afluencia de personas que nos hemos encontrado. El día 10, tal y como habíamos acordado, celebramos nuestra Asamblea Ordinaria de miembros, a la que asistieron más de 40 profesionales. Me gustaría destacar la aprobación por unanimidad de nuestro balance 2023 y de nuestro presupuesto 2024, así como la decisión de organizar, en colaboración con el Comité Médico Internacional de Lourdes y bajo la dirección de nuestro obispo, Mons. Jean Marc Micas, un Congreso-Peregrinación en 2025 para celebrar el centenario de la Asociación Médica de Nuestra Señora de Lourdes fundada en septiembre de 1925 por el obispo de Tarbes y Lourdes, Mons. François-Xavier Schoepfer.

Este número nos acompaña en el inicio de la nueva temporada de peregrinaciones, y en él tratamos de contarles hasta qué punto Lourdes es también un lugar de fuertes lazos de amistad, solidaridad y recuerdos vivos, incluso después de la muerte. Y es que Lourdes se ha convertido en un auténtico «lugar de curación» para la Iglesia y el mundo. Curación del cuerpo y del alma.


Publicamos el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial del Enfermo del 11 de febrero de 2024. En él, el Papa dice:


«Hermanos y hermanas, el primer cuidado del que tenemos necesidad en la enfermedad es el de una cercanía llena de compasión y de ternura. Por eso, cuidar al enfermo significa, ante todo, cuidar sus relaciones, todas sus relaciones; con Dios, con los demás —familiares, amigos, personal sanitario—, con la creación y consigo mismo».

Y son las «relaciones» creadas en Lourdes las que sin duda han tocado el corazón de todos y cada uno de ustedes, queridos lectores, profesionales, cuidadores, innumerables voluntarios anónimos, incontables peregrinos -sanos y enfermos de cuerpo y alma- ¡y el mío propio a lo largo de tantos años de fiel amistad con el Santuario! Con este número en sus manos, ¡intentemos hacer un recuento de la fecundidad de estas «relaciones»!


Palmino y Lucia Paolucci, enviados a Lourdes hace algunos años por su Comunidad de origen - la Comunidad Juan XXIII fundada por Don Oreste Benzi - con su familia, han vivido aquí la riqueza de su generosa apertura a la vida (con sus 9 hijos biológicos, 2 hijos adoptados y 2 adultos acogidos) hasta la creación de la Asociación En Casa, que les invito a que conozcan y, si lo desean, a que la apoyen.


El padre Bruno Daniel nos cuenta cómo el reconocimiento del milagro por Monseñor Jacques Benoit-Gonnin en la curación científicamente inexplicable del Síndrome de Cauda Equina de la Hermana Bernadette Moriau en 2008 desencadenó una nueva dimensión eclesial tanto en la Diócesis de Beauvais (Francia), que cuenta ya con cuatro curaciones milagrosas en Lourdes, como dentro de nuestro Bureau des Constatations Médicales, a la que la Hermana Bernadette entregó las órtesis y aparatos que había estado utilizando durante años.


Justo antes de Navidad, nos enteramos de la muerte de Juliette Tamburini, la 62ª persona curada milagrosamente en Lourdes.  Era una mujer tímida que vivía el testimonio del don de la curación que había recibido en la intimidad de su familia.  Encontrarán la breve ficha en la que mi predecesor, el Dr. Alphone Olivieri, anunciaba el reconocimiento del milagro y la reproducción del decreto del 11 de mayo de 1965 firmado por el arzobispo de Marsella, Mons. Marc Lallier.

En el Boletín anterior, número 359, publiqué el relato de una supuesta curación en Lourdes en 1885, en el tercer año de existencia del Bureau des Constatations Médicales.  Me sorprendieron las numerosas apreciaciones que este texto recibió de nuestros lectores. Esto me incitó a presentarles otro relato, fechado en 1899. También éste, como tantos otros, es una curación desconocida, pero que sin duda dejó huella en la vida de esta persona, en su discernimiento vocacional y en la fe de su comunidad parroquial.

Después de haber peregrinado regularmente a Lourdes como camillero en 1973, conocí el Accueil Notre-Dame y a su directora, sor Marie-Jo Boullet, de las Hermanas de la Caridad de Nevers. Los peregrinos enfermos le deben mucho, y me ha parecido justo publicar el recuerdo que de ellos tiene el padre Horacio Brito, a quien doy las gracias. También quiero dar las gracias a François Labadie, alumno de sor Marie-Jo, que trabajó con ella y la sucedió como director del Accueil, por habernos proporcionado unas fotos magníficas.

El Comité Médico Internacional de Lourdes se creó en 1954.  Mandado por Mons. Théas, obispo de Tarbes y Lourdes, es un colegio de una treintena de eminentes médicos especializados en diferentes disciplinas que son cooptados para estudiar y reevaluar las curaciones reconocidas como «inexplicadas» por el Bureau des Constatations Médicales.  El CMIL está copresidido por el obispo de Tarbes y Lourdes y uno de sus miembros, actualmente el profesor Olivier Jonquet. El año pasado falleció nuestro colega Denis Daley, que había estado presente en Lourdes con su esposa Mary durante muchos años, tanto en las peregrinaciones con sus compatriotas de Gales, como en la reunión anual del CMIL. Le rendimos homenaje publicando el afectuoso panegírico pronunciado por su hijo Patrick en la misa del funeral.


El Dr. François Leuret fue designado para suceder al 7º Presidente del Bureau des Constatations Médicales de Lourdes, el Dr. Auguste Vallet (1927 - 1947). El recuerdo de este ilustre predecesor ha permanecido particularmente viva en el Bureau gracias a las muy afectuosas «relaciones» que sus hijos y nietos mantuvieron con el Bureau y con nuestra querida Secretaria, la Sra. Maryline Plagnet. Uno de sus hijos, el abogado Charles Leuret, falleció recientemente. Su hijo, Stem Leuret, ha querido escribir un breve recuerdo de su padre y de su familia. Le estoy muy agradecido.

A continuación viene la tradicional Agenda.

Y así comienza la temporada de peregrinaciones, y espero contar con la presencia de muchos de ustedes en el Bureau para crecer en nuestra «relación» con Dios a través de la oración en común, y en nuestra «relación» de amistad a través del encuentro con los demás.


Les envío a todos mis más sinceros saludos.


Sandro de Franciscis

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